Y mucho después, murió a las 8.15

jueves, 17 de abril de 2008

Capítulo 27. Moulin Rouge

Hay ciertas películas que llevan la fama por delante. Películas que, aunque no hayas visto cuando se estrenaron, sabes que algún día verás, puesto que hay gente que se encarga de recordártelas. En mi caso, una de esas películas es Moulin Rouge.


Llevaba tiempo queriendo verla. De hecho, hace ya un año que tengo el DVD, pero no encontraba el momento. Hace unas semanas por fin llegó el día, y sólo puedo decir que no sé cómo he podido esperar tanto.

Los musicales nunca me habían llamado la atención, pensaba que no eran más que un estúpido argumento como excusa para unas cuantas canciones. Pero éste me ha hecho ver que estaba equivocado, que un musical puede ser espectacular. Con un contenido visual apabullante, una banda sonora extraordinaria, unas interpretaciones logradas... pero sobre todo, un argumento sencillo, clásico y a la vez eficaz, puedo decir que Moulin Rouge me ha encantado.

Hay varios momentos (sobre todo, momentos musicales) en los que la película te envuelve por completo, sacándote del asiento y transportándote al París bohemio de principios de siglo XX. Las canciones, aunque en efecto anacrónicas con la historia, están perfectamente integradas con la línea argumental. Desde luego, la próxima vez que visite Londres, intentaré ir por primera vez a un musical (el de El Señor de los Anillos no cuenta), porque si es parecido a esto, ha de ser algo muy grande. Hablando del Señor de los Anillos, ver a Faramir (David Wenham) con colorete y pintalabios, no tiene precio.


Quién te ha visto y quién te ve

Tengo que decir que tanto Ewan McGregor como Nicole Kidman bordan la actuación (si, y eso que la Kidman no es para nada santa de mi devoción), tanto en el apartado dramático como en el musical. Y el argumento, como decía antes, pese a ser muy clásico tiene un algo que lo hace especial. La técnica de saber el final desde el comienzo, pero hasta el último momento no conocer cómo se iba a desarrollar, es efectiva al cien por cien. Y otro punto a tener en cuenta es que me encantan los finales trágicos, que le voy a hacer.

Será que tenía el día tonto, pero me identifiqué por completo con el personaje de Christian. Supongo que es porque el amor es más importante para mí de lo que pensaba. Dicen que uno acaba teniendo aprecio a quién le trata mal, ¿no?

En fin, una película que me ha traído viejos recuerdos, me ha hecho disfrutar y descubrir un nuevo género. ¿Qué más se puede pedir? Para los que no la hayáis visto todavía, os la recomiendo encarecidamente.


EDITO: Viendo los extras del DVD me he dado cuenta de por qué he esperado hasta ahora para ver la película: toda la música original se compuso en Glasgow, que casualmente es donde voy a pasar mi año Erasmus. ¿Casualidad o destino?

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