Y mucho después, murió a las 8.15

domingo, 21 de septiembre de 2008

Capítulo 51. Kelvinhaugh Street Hall

O lo que es lo mismo, mi residencia en Glasgow. Comencemos por su situación geográfica: se encuentra en el West End, cerca del río Clyde. Distancia a la universidad: 15-20 minutos. Distancia al centro de la ciudad: 30-40 minutos. Distancia a la gran superfície más cercana: 20-25 minutos. Todo esto a paso ligero, claro.

Vista exterior

La residencia es más bien un conjunto de pisos. Hay unos diez bloques de pisos, cada uno con 4 pisos y dos apartamentos en cada piso. En cada apartamento conviven como pueden 5 estudiantes.

El pasillo (obsérvese la moqueta modelo ajedrezado chic)

Nada más entrar en el apartamento (para lo cual hay que atravesar dos puertas y una minihabitación estúpida de 1 metro cuadrado que no se para qué sirve, supongo que para algo relacionado con evitar incendios), se llega al pasillo. A mano izquierda, el cuarto de baño, el cuarto de la ducha, y un armario con utensilios de limpieza de última generación.

Mis nuevas amigas, la tabla de planchar y la aspiradora modelo años 60


A ambos lados del pasillo se encuentran las cinco puertas de las habitaciones de cada uno de los estudiantes (la mia, la segunda a la derecha). La puerta del fondo corresponde a la cocina-comedor-salon, que de momento permanece bastante limpia y ordenada (sobre todo en comparación con otras que un servidor ha contemplado).

El comedor en primer plano y el salon al fondo. Foto tirada desde la cocina


La cocina, con el trapo de cada uno marcando su territorio ^^


Sobre las compañeras de piso: sus nombres son Nikki (la finlandesa), Marie (la francesa) y Sagi (la austríaca). Las dos primeras salen siempre juntas, mientras que la tercera esta en modo abuela ON y no hace más que estar encerrada en su habitación, discutir con la finlandesa sobre quién compra la sal, y limpiar (esto último no lo tengo claro del todo, pero alguien limpia las cosas y no somos ni Fernando ni yo :P).

Mi habitación. Pinta mucho mejor ahora que he arrancado las pegatinas de Hello Kitty que había dejado su anterior habitante pegadas por todas partes.

Otra vista de mi habitación. Arriba, el infame detector de humo

Ahora en serio, el tema de la limpieza parece que va a estar bien organizado (lo organizaron las tres chicas en una reunión secreta de la que no sabíamos nada). Básicamente, establecieron 5 tareas, a saber:

1) limpiar la cocina
2) pasar el aspirador por la moqueta (ah, la moqueta, cubre todo el suelo de la casa excepto el cuarto de baño, el de la ducha y la cocina)
3) limpiar el cuarto de baño
4) limpiar el cuarto de la ducha
5) fregar el suelo y bajar la basura.

Cada semana una persona es responsable de una de estas tareas. Aunque como digo, el bote de limpador de ducha (que, como todos los productos de limpieza de la casa, compró la austríaca el primer día) baja de volumen cada día que pasa, asi que alguien esta limpiando la ducha (y esta semana me tocaba a mí, pero solo pensaba hacerlo el domingo). Que no me quejo, eh?

La lavandería, qué mundo más maravilloso. Ya hablaré otro día de él, ya. Sed pacientes.

Más cosas sobre la residencia. La llave mágica. En la residencia hay muchas puertas: la de la calle, la del piso, la de la habitación, la de la lavandería. Pues todas las abro con mi llave mágica. Es decir, todas las llaves de la residencia abren la puerta de la lavandería. Sólo las llaves de los que viven en mi portal abren la puerta de mi portal. Sólo las llaves de los cinco compañeros de piso abren la puerta del piso. Y solo mi llave abre la puerta de mi habitación. Pero con la llave de mi habitación no puedo abrir ni otra habitación del piso, ni otro piso, ni otro portal. Es una llave de ciencia ficción. Cómo mola la llave mágica.

Adoremos todos a la llave mágica

Más cosas: aquí están obsesionados con los incendios. Todas las puertas han de permanecer cerradas en todo momento, para evitar que se propague el fuego. Por toda la casa hay detectores de humo, por lo que para cocinar hay que abrir las ventanas para que no salten, y no se puede planchar ropa ni vaporizar sprays (!) debajo de ellos, porque si no, vienen los bomberos de visita. Ah, y el martes tenemos un simulacro de incendio. ¿Sabéis a qué hora? ¡A las 7.30 de la mañana! ¬¬

Y bueno, por regla general no me puedo quejar de la residencia. ¿Que es cara para lo que es? ¿Que no vienen a limpiar como en otras, ni tiene baño en la habitación, como en otras, ni tiene televisión, como en otras? ¿Que está un poco lejos del centro? Pues sí, pero qué le vamos a hacer. Al menos es un sitio donde vivir cómodamente, que sé de gente que están seis en un piso de tres.

Me voy a limpiar la ducha.

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