Adam Rutherford se fue de erasmus a Glasgow: julio 2008

Bueno, después de algo de descanso va siendo hora de contar algo de mi semanita en tierras turcas. Voy a intentar seguir un orden más o menos cronológico, aunque seguramente a veces desbarraré un poco.

El viaje de ida fue normalito: bus hasta Barcelona, cercanías al aeropuerto y vuelo directo hasta Antalya (costa sur de Turquía). Llegamos allí sobre las 12 de la noche, hora de Turquía (una hora menos en España) y entre que recogimos las maletas, nos repartieron en los autobuses, llegamos al hotel, etc, se hicieron las 3 y pico de la mañana. Y primera sorpresa, al día siguiente a levantarse a las 8.30.

El primer hotel estaba decente, aunque para las pocas horas que pasé allí... Lo mejor de todo, las vistas por la mañana desde la habitación.

Ese día apenas desayuné, por falta de tiempo más que nada, y enseguida al bus. En el grupo estábamos unas 30 personas de toda España, de todas las edades. De algunas de ellas hablaré en otro post. Nuestro guía, Suat, fue correcto, aunque casi todo lo encaminaba de una u otra manera a la religión. Y daba mil patadas a los libros de historia, ¿sabíais, por ejemplo, que el gótico se inventó en Turquía varios siglos antes que en Francia? Pues como esa cientas. En cambio, Alí el conductor, mas majo. No hablaba más que turco el pobre, pero conducía de maravilla y subía las maletas al bus en un plis.

Ese primer día lo pasaríamos en carretera hacia Konya, para lo cual había que atravesar la cordillera Tauro. Primera parada técnica junto a la carretera en un mercadillo típico de carretera turca. El guía compró plátanos para todos. Las vistas desde el incio de las montañas al mediterráneo preciosas.

Sobre las dos de la mañana (después de soportar en el bus un rollazo impresionante sobre el Islam por parte del guía) llegamos a Konya, donde antes de comer visitamos un mausoleo donde están enterrados gran parte de los miembros de la orden de los derviches giróvagos, fundada por Mevlana.

Además del mausoleo y de un museo sobre la orden de los derviches, también visitamos una mezquita. Por supuesto, obligatorio descalzarse, y teniendo mucho cuidado de no caminar por delante de nadie que se encuentre rezando, ya que de esa forma se corta su conexión con la Meca.

Interior de la mezquita

Tras finalizar la visita, nos dirigimos por fin a comer a una posada del siglo XIII. En otro post me centraré más en la comida, pero he de decir que en ese sitio comí bastante bien (también influyó que me estaba muriendo de hambre, supongo). Lo mejor de todo es que la posada esta parecía una catedral, con lo cual el hecho de estar comiendo allí era bastante curioso.

Aquí es donde comí

Tras la comida, última visita del día, a una antigua escuela reconvertida en museo. La fachada, como muchas en el país, impresionante.

Por dentro, una cúpula preciosa y varios restos de la cultura islámica y pre-islámica (lápidas, puertas, inscripciones, relojes de sol... ).

Y finalmente, llegada al hotel Rixos de Konya. Este hotel, aunque ha cambiado de dueños, inicialmente era un Hilton. Y eso se nota. Piscina cubierta y descubierta, habitaciones que me recordaban enormenente a la del Hawaiian Village...